Mientras, el también Senador de la República por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) pasa sus días con tranquilidad. Es posible verlo en el restaurante The Palm, en Polanco, donde una comida individual con entradas, plato fuerte y bebidas puede costar hasta tres mil pesos; o la cantina Cuchilleros, a una calle del edificio del Senado, donde ordena whisky con agua mineral.
Si su salario es un misterio, hay algo que sí puede conocerse: lo que recibe de Pemex para “sus chicles”, dicho en el argot del salario de los mexicanos; es decir, lo que la petrolera le da como “ayuda” o “apoyo”, ese dinerito que el patrón le pone por si algo le hiciera falta. Hasta 2015, el sindicato recibió por ese concepto siete millones de pesos cada mes. La cifra se incrementó con la firma de un nuevo Contrato Colectivo de Trabajo que entró en vigor el 1 de agosto pasado y ahora es de siete millones 865 mil 200 pesos. Las cantidades están destinadas para el Comité Ejecutivo General, en este momento integrado por 73 personas.